viernes, 6 de abril de 2012

La maldición del Che Guevara

La historia tiene refugios casi inverosímiles. Uno de estos refugios es la llamada “La Maldición del Che Guevara”, pues según este estudio parece demostrar, que la mayoría de las personas que tuvieron, directa o indirecta, incidencia en la captura y muerte del Che, han terminado sus días de forma fatal o padecido enfermedades poco usuales.
 Para esta redacción, hemos intentado seguir la cronología instituida por Homero Campa en la revista mexicana “Proceso”, misma que responde a un capítulo de la “Biografía del Che” escrita por el mexicano Paco Ignacio Taibo II y al libro “La CIA contra el Che” de los cubanos Froilán González y Adys Cupull.
 La Maldición del Che
 Mario Terán
 Fue el soldado boliviano que ejecutó al Che, actualmente vive en Santa Cruz, alcoholizado, pobre, casi ciego y con el remordimiento de haber asesinado al guerrillero.
 Honorato Rojas
 Fue el campesino que delató la ubicación del Che y su tropa, información que le permitió al ejército boliviano atacar y apresar al Che.
 Por esta colaboración el presidente de Bolivia en ese entonces, René Barrientos, le regaló un rancho.
 Fue ajusticiado el 14 de julio de 1969 por un comando del ELN en ese rancho que recibió como premio
 René Barrientos
 Fue el presidente de Bolivia en esa época y confirmó la orden de ejecución del Che. Según un reportaje de la televisión alemana, hizo un viaje a Washington para solicitar del gobierno americano las instrucciones para proceder en el caso del Che; La orden fue matar al guerrillero.
 Barrientos murió bajo circunstancias que no están totalmente aclaradas, pues en 1969, el avión donde viajaba explotó en el aire sobre una población boliviana. Datos fidedignos indican que varios de los cuerpos que se pudieron rescatar del avión presentaban impactos de balas, lo cual hace pensar que se trató de un atentado realizado por grupos políticos contrarios a Barrientos. Lo más irónico de este fatal hecho es que Barrientos murió quemado, del mismo modo que anunció, y engaño, habían terminado los restos del Che.
 Alfredo Ovando
 Era el jefe de las fuerzas armadas bolivianas, pieza clave en el operativo contra el Che y principal sospechoso del atentado donde murió el presidente Barrientos. A raíz de la muerte de Barrientos tomó la presidencia de Bolivia y sufrió un atentado en el que murió su hijo Marcelo Ovando. Escapó de este atentado pero nunca se recupero de la pérdida de su hijo y finalmente fue derrocado en 1970.
 Eduardo Huerta Lorenzetti
 Fue el primer oficial que participó en la captura del Che.
 El 9 de octubre de 1970 sufrió un accidente de carretera y al automóvil donde viajaba se impactó contra un vehículo estacionado sin luces. Huerta murió decapitado exactamente en la misma fecha pero 3 años después de la muerte del Che.
 Según las investigaciones parecen indicar, se trató de un crimen organizado y ejecutado por un alto mando del ejercito boliviano de nombre Andrés Selich con ayuda de la CIA para evitar que Huerta hablara lo que sabía de dos homicidios: le del Che en “La Higuera” y el de un militar de nombre Juan José Torres. Al parecer la CIA definió la fecha del 9 de octubre para tratar de desviar la atención e inculpar al ELN.
 Andrés Sélich
 Se entrevistó con el Che en “La Higuera” y según reportes de inteligencia, se quiso aprovechar de su lamentable estado y trató de vejarlo. Este personaje fue apresado durante el gobierno de Hugo Banzer acusado de tratar de fraguar uno más de los golpes de estado que esa hermana nación ha sufrido. Fue asesinado a palos durante un “Interrogatorio” que le practicaron agentes de seguridad militar.
 Joaquín Zenteno Anaya
 Fue comandante de la VIII división y responsable de transmitir la orden de ejecución del Che. Terminó sus días por un atentado ejecutado por un desconocido en París mientras Zenteno cumplía funciones de Embajador de Bolivia en Francia. Aunque hubo un anuncio adjudicando este atentado a las “Brigadas Internacionales Che Guevara”, grupo que no se conocía, y que nunca tuvo más apariciones públicas, La policía francesa vinculó este hecho a la protección que Zenteno otorgó en Bolivia a Klaus Barbie, el tristemente célebre “Carnicero de Lyon”.
 Roberto “Toto” Quintero
 Fue coronel del ejército boliviano, autor material del asesinato del guerrillero Inti Peredo y además participó en la mutilación de las manos del Che.
 Mientras cumplía función de embajador de Bolivia en Alemania, fue ultimado mediante dos certeros balazos en el pecho en su despacho emitidos por Monica Erlt, una hermosa y joven rubia miembro del ELN.
 Félix Rodríguez
 Cubano-americano, trabajador de la CIA y participante de toda la estrategia de inteligencia que llevó a la captura y posterior ejecución del Che. Según creencia popular en Cuba, Rodríguez nunca estuvo de acuerdo con la orden de ejecución del Che, pero los mandos superiores a él decidieron el asesinato sin que nadie pudiera hacer algo por detenerlo.
 Al llegar a Miami, los médicos le detectaron un asma que no respondió a ninguna alergia y que se le complicaba tanto en ambiente húmedo como seco, frío y caluroso. Para nadie es un secreto que el asma era la principal afección el Che sufrió durante toda su vida.
 Gary Prado Salmón
 Este capitán del ejército boliviano participó en la captura del Che en la cañada del “Yuro”.
 En el año 1981, participaba de una ocupación de un campo petrolero en Santa Cruz y recibió accidentalmente un tiro proveniente de uno de sus soldados. La bala le perforó los dos pulmones y le lesionó de tal forma la columna vertebral que quedó paralítico y confinado a una silla de ruedas de por vida.
 En 1996, Prado Salmón reveló a “The New York Times” que el cadáver del Che no fue incinerado y esparcido, cómo se pensaba, y que permanecía enterrado en algún lugar de “Valle Grande” en Bolivia. Esta declaración se le atribuye al cargo de conciencia y al intento de expiar su participación en la captura y el asesinato del guerrillero. Posteriormente, esta información les permitió a los científicos cubanos y argentinos ubicar y encontrar en 1977 los restos del Che y los de sus demás compañeros de campaña y trasladarlos a su actual descanso en Cuba.
 Antonio Arguedas
 Desempeñó en ese entonces en Bolivia el cargo de Ministro del Interior, se salvó milagrosamente de dos atentados, el primero con dinamita en su residencia particular y otro más en un céntrico y concurrido hotel en la capital del país.
 Arguedas se recuperó del segundo atentado para posteriormente huir a México y tiempo después a Cuba, donde se congració con el Estado cubano. Arguedas fue el responsable de sacar de Bolivia las manos y el diario del Che. Regresó a Bolivia donde intentó secuestrar a un comerciante, fue detenido y condenado a 8 años de prisión.
 Bernardino Huanca
 También fue oficial del ejército boliviano y participante de la captura y ejecución del Che, a raíz de ese hecho ha requerido, durante toda su vida, de frecuentes tratamientos psiquiátricos.
 A pesar de haber sido el autor material del siniestro asesinato, Mario Terán no murió como fue el fin de muchos otros participantes en este hecho, pero los historiadores piensan que precisamente este es su peor castigo: vivir con el cargo de conciencia de su cobarde acción.

1 comentarios:

  1. Quienes mataron al Che, ahora, han probado su propia medida. No se puede matar la esperanza. No se puede asesinar impunemente el futuro. Che vive.

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